Con la reciente vuelta al Nº1 de Roger con 36 años y unos 6 meses parece que estamos viviendo una historia que ya sucedió hace tiempo y no en una galaxia muy lejana, si no en la misma era moderna que vivimos en este deporte y en las mismas pistas donde “Nureyev” hace bailar a su ritmo a todos, este perfil de los “Tops & Cracks” representada por el suizo no es ni mucho menos nueva…
Ken Rosewall (Aus. nov. 1934) gana la final del Aus open en 1972 con 37 años y 2 meses, y ya con cerca de 40 tacos hace final de US open en 1974, todavía en 1975 con 41!!! acabó 6 del mundo, nuestro Andrés Gimeno (Esp. ago. 1937) gana Roland Garros 1972 con 35 años, Laver (Aus, ago. 1938) gana 4 gran Slams a partir de los 30.
La edad media del “Top 10” en 1973 fue de 28,8 años, descendiendo paulatinamente hasta llegar a los 23,9 en el 85, manteniéndose en estos márgenes hasta el 2005 desde donde vuelve a subir hasta la actualidad, que está en torno a 28 años, parece que se cierra el círculo, ¿no?
Son dos momentos muy similares en perfiles generacionales en el Tennis de la era moderna, entendiendo era moderna desde la apertura de la competición al profesionalismo en 1968, y con la curiosidad que los dos se sitúan en los extremos: en el principio y al final del periodo moderno, tal coincidencia me invita a la reflexión…
¿Por qué se repite la Historia?
Pues ahí va una teoría:
El aumento de nivel de un deporte va unido estrechamente al aumento de velocidad a la que se juega el mismo, la velocidad de crucero a la que se juegue el juego en términos competitivos es uno de los elementos más diferenciadores a la hora de determinar el nivel de juego, no es el único, pero sí el más determinante, y repito, en términos competitivos, no vale pegar muy fuerte pero fuera, eso no es velocidad de crucero, eso es descontrol y de jugador justito y sin recursos, tan solo aumentando significativamente y manteniendo en el tiempo la velocidad media de los “rallies” en un partido ya es un valor con garantías por sí mismo para ser mejor, si la velocidad del contrario es muy superior es imposible o muy difícil ganar, si la velocidad es algo superior, te fuerza, te exige, pero si se puede y alguno se gana, si es similar, estas comodísimo con la bola del otro pero en este segmento el porcentaje de victorias no dependerá de quien tiene más ritmo, entraran otros factores como el oficio que tenga el jugador o si entiende de que va el juego o no.
El “Rally” se ha ido acelerando a través de los años gracias al mejor conocimiento de los elementos que entran en juego en el deporte, que permite, por un lado, evolucionar y mejorar los principios biomecánicos existentes permitiendo que la bola salga más rápida, y por otro, construye físicos cada vez más explosivos, potentes y eficientes que permite llegar a bolas más rápidas, la suma de los dos hace el que juego suba de ritmo.
Los encargados de poner en prácticas las mejoras que permiten velocidades más altas en el juego son los nuevos jugadores que van incorporándose a la elite constantemente y que son el reflejo de los conceptos y metodologías de la formación del momento, estos tienen como misión conquistar el circuito con sus nuevas evoluciones, con las que han sido formados, que los hacen más veloces, más potentes, más fuertes y más de todo, dejando obsoletas a las antiguas que ya no tienen las suficientes prestaciones para competir con las nuevas.
Si aplicamos este razonamiento a las dos épocas a la que nos referimos, principios 70 y actualidad, encontramos una serie de paralelismos en los caminos que han recorrido los principios técnicos.
El Tennis de inicio de los 70 se juega con unos principios biomecánicos heredados de los años 30, o incluso anterior, sobre los cuales se apoya la técnica para proporcionar unas estructuras técnicas determinadas, en todo el periodo no se añade nada nuevo a los principios ya existentes, o al menos nada nuevo significativo o drástico con nuevo potencial y recorrido, tan solo existe una evolución continua unido a las mejoras físicas van incrementando la velocidad del juego y del jugador con el paso de los años.
Renshaw “brothers” más lentos que Tilden, Tilden más lento que Budge, y todos más lentos que Rosewall, Laver, Gimeno y Nastase, que con los cuales se llega a la máxima velocidad de juego permitida por sus principios biomecánicos y desarrollo físico, incluso las últimas generaciones poseedores de esta técnica que compitieron a principios de los 70 como Newcombe y Ashe no aportaron una velocidad más al juego, no podían, se llegó a un límite técnico con lo que había.
El motor de Rosewall, Laver, Newcombe, Ashe, Nastase y…no daba más caballos.
Rosewall fue la última velocidad generada por la técnica existente, esta es una razón muy poderosa que le permitió estar en posición de ser competitivo para ganar un “Major” con 37, nadie generó una velocidad más para desbordarle y como tenía mucho oficio y conocía el juego todavía fue competitivo a los 40 años.
¿Entonces ahora que pasa?
Nos quedamos con el slice de revés, la empuñadura continental de derecha, el pegar de perfil, el saque sin salto pasando la pierna derecha al caer …
Pues no…
En los 60 se gesta una revolución técnica que se materializo a mediados de los 70, digo revolución y no evolución porque es un cambio drástico, aparecen nuevos principios biomecánicos que producen estructuras técnicas totalmente innovadoras, aunque en un inicio desarrollaban una velocidad similar, tales innovadores elementos permitirán en el futuro velocidades antes no posibles y aportaran nuevas herramientas al juego dejando ya totalmente obsoletos y limitados a los Rosewall y compañía.
El continental muere, nacen las empuñaduras Eastern y Western y sus semis, nuevas terminaciones propiciadas por tales “grips”, posiciones abiertas, centro de gravedad más bajo, salto en los saques, activación de palancas y cadenas cinéticas, etc, etc…
Este nuevo motor, con un nuevo potencial, al igual que el anterior cuando empezó, y con un largo recorrido por delante, va evolucionando y aumentando la velocidad de rendimiento con los nuevos jugadores, prácticamente en esta era moderna cada 5-10 años había un incremento de velocidad significativo que por sí sola era suficiente para marcar una diferenciación competitiva, podríamos detectar 4-5 cambios de velocidad que aquí representamos por jugadores “estandartes”:
75 -80: Borg, Connors, McEnroe.
80 -88: Lendl, Wilander.
89-98: Agassi, Sampras.
98 – actualidad: Federer y uniéndose en 2005 Nadal, Djokovic.
En esta era moderna cada nuevo jugador parecía que tenía más aceleración, más caballos, un jugador de los 80 como Wilander no pudo con el significativo cambio de velocidad en el juego de los Sampras y Agassi de los 90, la regla se cumple hasta hace 20 años con la aparición de Federer, este señor acompañado por Rafa y Nole han llegado al “Everest” de la evolución de los principios técnicos existentes, pero este motor ya no rinde más caballos, han conseguido llegar al cenit técnico y físico con las herramientas actuales que trabajando conjuntamente consiguen generar una velocidad media de crucero en sus “rallies” alcanzable por muy pocos y algunos si la igualan no la pueden mantener en el tiempo.
Los nuevos jugadores van a tener que tirar de oficio ya que no van a jugar más rápido que Federer, ya no tienen esta ventaja evolutiva en la técnica actual, Federer, Nole y Rafa son la cumbre técnica actual ya que la vida útil de esta revolución técnica, al igual que le ocurrió a la anterior, ya está agotándose o agotada, y no existen nuevos principios que van a mejorarlos cualitativamente.
Federer, Nadal, Djokovic son la última velocidad del Tennis.
Zverev un jugador joven de construcción moderna no pega más fuerte que Federer, Khachanov no pega más fuerte que Federer, Thiem no pega más fuerte que Federer, la evolución técnica y física de estos principios biomecánicos, al igual que paso antes, ha llegado a su límite, por eso el suizo puede estar con 37 número 1, porque todavía su motor es el de máximos caballos, y encima también tiene oficio y sabe de qué va el juego, seguirá al máximo hasta que el físico se lo permita o sus ganas de jugar, para Rosewall esto no es nuevo…
Y ahora que…
Para aumentar actualmente la velocidad significativamente para volver a ser un factor diferencial en los jóvenes se debería inventar una nueva biomecánica revolucionaria y útil para aplicarla al juego en términos competitivos y con recorrido de mejora, cosa poco probable que pase, a mi juicio.
Aunque después de estas 2 filosofías sobre la técnica bien diferenciadas y ambas agotadas que han abrazado el Tennis desde sus inicios, estamos asistiendo a una 3ª revolución que no está relacionada con los principios biomecánicos, está relacionada con la concepción del juego y la metodología, yo iría más por formar desde el punto de vista del juego y enseñar más oficio que agresividad y técnica…ya sabemos que aporta todo esto: poca solidez, descontrol, falta de valores para la competición, escusas, en fin…todo lo que pudimos ver entre el máximo “Next gen” haciendo el ridículo en Valencia con uno que si sabe de qué va esto.
Pero eso es historia de otro post…
Si te ha gustado y lo consideras oportuno, compártelo… Gracias.
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